Los esfuerzos internacionales para asegurar el cese del fuego entre Israel y Hamas han fracasado a la fecha y las vidas de civiles inocentes, particularmente niños y niñas, están pagando el precio. Desde el 10 de mayo, 214 palestinos –incluyendo 43 niños y 19 niñas- y 35 mujeres, de las cuales tres estaban embarazadas murieron en Gaza debido a los ataques aéreos. De acuerdo con las Naciones Unidas, al menos 119 de las víctimas son civiles verificados, lo cual indica una proporción de militares a civiles víctimas del conflicto de 1:1.
En Israel, 12 personas, incluyendo un soldado y dos ciudadanos han muerto. El número total de decesos en la Franja Occidental alcanza 22 personas y el número de heridos 4824 personas. Un ataque aéreo alcanzó un campo de refugiados en Gaza, donde se reporta la muerte de ocho niños de una misma familia.
Con más de 72.000 personas desplazadas, se estima en 800.000 las personas sin acceso a agua y combustible en una situación humanitaria que ya es grave para millones de personas y que se está deteriorando. Las condiciones para las infecciones de COVID-19 son propicias, como reporta OCHA, pues hay daños significativos en el laboratorio central de pruebas en Gaza.
Las hostilidades han dañado e impedido el acceso de ayuda humanitaria crítica. Los ataques cobraron la vida de dos médicos, dañaron la clínica de trauma de la agencia humanitaria Médicos sin Fronteras (MSF) y demolieron o dañaron las oficinas de otras tres agencias no gubernamentales. Los esfuerzos para enviar ayuda a Gaza el 18 de mayo fueron interrumpidos por morteros disparados desde Gaza, y solo cinco de 25 camiones con ayuda lograron ingresar. Hay 24 personeros de ONGs aguardando ser evacuados y 13 empleados de servicio crítico todavía esperan ingresar a Gaza.
“Es profundamente preocupante que las diferencias en uno de los conflictos más antiguos impidan un acuerdo de cese al fuego. Niños y niñas inocentes están pagando con sus vidas, al tiempo que otros mantienen posiciones largamente distantes sobre lo que importa a nivel humano y de fe”, afirmó Lauren Taylor, Directora Nacional de World Vision en la Franja Occidental – Jerusalén – Gaza.
“Nuestros corazones se quebrantan al presenciar lo que sucede en Gaza. El escalamiento del conflicto en otras regiones de los territorios ocupados en Palestina e Israel son inquietantes. Casi todos nuestros programas de área en la Franja Occidental han sido afectados por las hostilidades. Hay 47 aldeas en estas áreas con 16.833 niños y niñas patrocinados en riesgo. Estos niños y sus familias están experimentando un trauma incomparable”, afirmó Eleanor Monbiot, Líder Regional para World Vision en el Medio Oriente y Europa. “Debemos tener acceso para brindar ayuda y la inseguridad reinante nos impide llevar ayuda crítica a las familias afectadas”, añadió.
World Vision rechaza categóricamente la violencia e injusticia, especialmente aquellas acciones que atenten contra las vidas y el bienestar físico y psicológico de la niñez. La organización exhorta a un cese inmediato y sostenible de las hostilidades mediante esfuerzos diplomáticos del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, para frenar las muertes de más niños y niñas.
World Vision también se une a las Naciones Unidas y a otras ONGs al afirmar que hasta que se alcance un cese al fuego, las partes deben acordar una “pausa humanitaria” que asegure el ingreso y salida de personal humanitario y bienes esenciales. Esto incluye la creación de condiciones seguras para abrir este pasadizo humanitario.
Hay serias preocupaciones sobre los ataques indiscriminados y desproporcionados y otras violaciones de la legislación internacional por parte de los actores en conflicto. Es imperativo implementar mecanismos de rendición de cuentas ante las violaciones de derechos humanos, incluyendo las graves violaciones a los derechos de la niñez, específicamente, el asesinato y mutilación de estos, la falta de acceso a ayuda humanitaria, los ataques a escuelas y hospitales y los ataques indiscriminados a infraestructura civil y a civiles.
Por favor únase a nosotros en oración y lamentación: “¿Por cuánto más, oh Dios?” (Salmo 13).