Debido al cierre de la frontera entre Ecuador y Perú para controlar los flujos migratorios con destino al sur del continente, World Vision Ecuador, cumpliendo con su trabajo por “una niñez tiernamente protegida”, entregó 40 kits de albergue y 500 kits de bioseguridad a personas migrantes en condición de calle y en albergues, quienes se encuentran en Huaquillas, principalmente, y en otras ciudades de El Oro.
Según datos proporcionados por los socios del GTRM Huaquillas hay un incremento de personas en esta ciudad fronteriza. Al día llegan alrededor de 500 personas en promedio, de las cuales aproximadamente 400 se encuentran en situación de calle. Cabe mencionar que existe una alta rotación de personas, teniendo en cuenta que perfiles de mayor vulnerabilidad como niños y adultos mayores permanecen durante más tiempo, mientras que otras personas continúan en movimiento desde y hacia Huaquillas.
En el estudio: “Migración y COVID-19: Niños venezolanos entre la espada y la pared”, World Vision muestra la dura realidad de los niños, adolescentes y jóvenes migrantes y refugiados de Venezuela que están atrapados en la crisis económica y política que ahora se agrava con la pandemia del COVID-19. El estudio señala que, en Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Bolivia, Brasil y Venezuela, el 24,9% de niños migrantes se encuentra en una ocupación espontánea o asentamiento informal; el 34% no tiene acceso a servicios de salud; y el 63% no se encuentra estudiando.
En Ecuador, la situación de la niñez migrante no varía, pues 8 de cada 10 niñas y niños migrantes están teniendo problemas con el acceso a los alimentos. Casi la mitad tiene acceso a servicios de salud, pero la otra mitad no lo tiene o no conoce que haya un puesto de salud cerca de donde vive. Además, el 85% tiene las clases completamente suspendidas sin ninguna modalidad alternativa para seguir el estudio, y la otra parte, no está matriculada en ninguna escuela. El 89% dijo conocer a dónde y a quién acudir en casos de riesgo o daño, sin embargo, igual que en el caso de los demás países se citan padres y familiares como principales referentes y no los servicios de protección estatales.
Huaquillas tiene una población de aproximadamente 70.000 habitantes y desde el 26 de enero, fecha de cierre de la frontera, ha recibido a más de 1.200 personas entre niñas, niños, adolescentes, mujeres en gestación y adultos mayores, la mayoría de nacionalidad venezolana. Las personas que llegaron hasta este lugar tienen como destino al sur del continente para buscar trabajo o por reunificación familiar. Los servicios básicos están colapsando porque no hay suficiente capacidad para atender a este grupo que sigue creciendo porque no paran los flujos migratorios a esta ciudad.
Esta situación acrecienta la xenofobia en los ciudadanos que piden a las autoridades locales que retiren a las personas de las calles y que sean reubicados en lugares a las afueras de Huaquillas. Por este motivo, las autoridades exhortan al gobierno nacional una solución inmediata porque su capacidad de respuesta se ha desbordado y amenaza con una conmoción social y enfrentamientos entre ciudadanos. La escasez se siente en servicios como agua, recolección de basura, atención de salud y protección ciudadana.
El viernes 12 de febrero, desde las agencias de Cooperación Internacional se hizo un llamado a trabajar de manera urgente en soluciones para los migrantes y la población de acogida. A pesar de presentarse casos graves de trata de personas, niñas y niños no acompañados, personas con desnutrición crónica, violencia y oferta de cruces por pasos ilegales, se espera que más personas lleguen en los próximos días hasta Huaquillas.