Durante el confinamiento por la pandemia de COVID-19, que afectó al mundo entero, la educación es una de las áreas más vulneradas, ya que miles de niños, niñas y adolescentes no pueden ir a la escuela, ni siquiera de forma virtual. La falta de acceso a internet y el cierre de escuelas conllevan la ausencia de escolarización para los niños y niñas más vulnerables.
El derecho a la educación se ha visto vulnerado en un contexto en que las escuelas se cerraron, afectando a 4.6 millones de niños, niñas y adolescentes. En Ecuador, 480 mil niños no reciben clases, a pesar de que implementaron diversos medios de enseñanza como radio, televisión e internet; 8 de cada 10 niños que acceden a clases virtuales, comparten un dispositivo con los demás niños o miembros de la familia. Además, 90 mil niños y adolescentes a nivel nacional abandonaron la escuela y colegio durante la pandemia. Para la ONG humanitaria World Vision, estas son cifras preocupantes ya que pueden traer consecuencias como el trabajo infantil, la mendicidad, explotación sexual e incluso el reclutamiento para actividades ilícitas.
World Vision ha identificado como causas principales para la deserción escolar las siguientes:
- Para continuar la educación se requiere del acceso digital e instrumentos tecnológicos, pero solo el 37% de los estudiantes a nivel nacional tienen acceso a conectividad.
- En una familia de varios niños, se prioriza o escoge sólo a algunos de ellos que puedan estudiar, debido al requerimiento de equipos tecnológicos o materiales en casa.
- Se requiere de acompañamiento, guía y supervisión de un adulto. En los contextos rurales, sobre todo, los padres o responsables son personas analfabetas en su mayoría.
- Las familias han visto reducidos sus medios de vida y requieren aumentar miembros de la familia que produzcan recursos (trabajo infantil).
La educación requiere ser revitalizada. Esta pandemia no puede ser un impedimento para la formación de niños, niñas y adolescentes, por lo que es necesario pensar en alternativas educativas y contenidos de calidad ajustados a las familias más vulnerables. Los planes de estudio de educación a distancia deben incluir educación en habilidades para la vida para ayudar a los niños y jóvenes a reconocer y mitigar la violencia, la exclusión, la estigmatización y los riesgos asociados a la pobreza. Esto es crucial para prevenir el aumento de las tasas de trabajo infantil. El Estado debe garantizar un retorno seguro a las aulas, con infraestructura adecuada (el 30% de escuelas fiscales lo requieren), protocolos claros y capacitación pertinente; para lo que se requiere de una inversión urgente.
World Vision Ecuador promueve la educación en los niños, niñas y adolescentes más vulnerables. Por ello, durante la crisis sanitaria por Covid-19 entregó 31.100 kits educativos en 8 provincias del país. Además, como una propuesta sostenida dentro de sus líneas de acción en territorio, trabaja con metodologías lúdicas y pedagógicas para incentivar el aprendizaje activo para niños, niñas y adolescentes de 3 a 18 años.
La animación a la lectura para niños y adolescentes desde 4 a 17 años, fortalece el acompañamiento de los padres/madres, educadores y cuidadores en el proceso de enseñanza aprendizaje de los menores; aumenta el gusto, los niveles de comprensión lectora y la expresión oral de los niños; y promueve la participación de la comunidad educativa a través de ferias, concursos, casas abiertas. Por otra parte, para adolescentes y jóvenes trabaja con la metodología Youth Ready, en la cual desarrolla habilidades para la vida enfocadas en continuar una formación profesional. En 2020, 321 jóvenes desarrollaron su proyecto de vida, algunos enfocados hacia continuar la educación superior.
En el centro norte de Quito vive Reishell de 7 años con su mamá Amalia, su papá Elio y su hermano, desde hace dos años que llegaron desde Venezuela. Actualmente, Raishell asiste a 2do año de educación básica y durante este tiempo de confinamiento lo que más extraña es a su amiga “Isabelita y a la profesora Lucía” nos dice la niña. Ella perdió todo contacto con su escuela porque su único medio de comunicación es el teléfono que está suspendido por falta de pago, debido a que sus papás viven del día a día y lo poco que han logrado recaudar les ha servido para alimentar a su familia. Raishell no ha parado de aprender porque en este tiempo se ha dedicado a trabajar con los libros que tiene en casa.