- En Ecuador, 8 de cada 10 migrantes califica su estatus migratorio como “no regularizado”, lo que limita principalmente su acceso a un empleo adecuado y formal; y en el caso de niñas, niños y adolescentes, limita su acceso al sistema educativo.
- Los refugiados y personas internamente desplazadas están en alto riesgo de contraer la covid-19, pues están en los grupos de más baja prioridad en los programas de vacunación
En el contexto del Día Mundial del Refugiado, la organización humanitaria World Vision presentó un informe migratorio en Ecuador denominado “Situación de la niñez, adolescencia y familias migrantes en la frontera norte y Guayaquil- Ecuador”, para caracterizar las condiciones y calidad de vida de la población venezolana, e identificar las brechas de acceso a alimentación, medios de vida, sistema económico y financiero, educación, protección y salud.
“Las poblaciones en situación de movilidad humana miran a Guayaquil como una ciudad en la cual buscan estabilidad económica y laboral; mientras Tulcán es vista como una ciudad de paso para quienes llegan desde Colombia y continúan su trayecto hacia otro lugar del país o hacia el sur del continente. De esta manera, se identifican dos grupos con necesidades y condiciones de vida particulares con quienes debemos trabajar por el cumplimiento de sus derechos”, explicó Gabriela Benítez, Coordinadora Nacional de Asuntos Humanitarios y Emergencias de World Vision Ecuador.
De esta manera, los principales hallazgos a destacar explican por ejemplo que en promedio 8 de cada 10 migrantes califica su estatus migratorio como “no regularizado”, lo que limita principalmente su acceso a un empleo adecuado y formal, en el caso de los adultos; y en el caso de niñas, niños y adolescentes, su estatus limita su acceso al sistema educativo. El 70,9% del total de la población migrante entre 3 a 17 años no se encuentra actualmente en el sistema educativo y, quienes acceden al sistema virtual de educación, cuentan con un dispositivo móvil que comparten con los demás miembros de la familia. “Esta situación hace aún más grande la brecha de educación para la población refugiada y migrante. A menos educación de la niñez, menos oportunidades en su futuro”, destaca Benítez.
Esta situación no sucede solamente con la niñez, lo viven también las familias enteras. Al respecto, el informe destaca que en Tulcán el 79% de los entrevistados vivían en las calles, 9 de cada 10 no tenía acceso a internet y el 97% no accedía a alimentación adecuada. “Además de la brecha educativa, las familias enfrentan tres estrategias para afrontar el hambre: la reducción del número de comidas al día, pasar días completos sin comer y la reducción del consumo de alimentos en adultos para proveerlos a niños, niñas y adolescentes”, agrega Benítez.
Cuando estos hallazgos se colocan en el contexto de la pandemia por covid-19 arroja que los refugiados y personas internamente desplazadas están en alto riesgo de contraer la covid-19, pues están en los grupos de más baja prioridad en los programas de vacunación, advierte un reporte mundial publicado por World Vision, denominado “Alto Riesgo – Baja Prioridad”.
“Alto Riesgo – Baja Prioridad”, advierte que a nivel mundial la covid-19 está aumentando en los países de menores ingresos y que no tienen los recursos necesarios para contener el virus y proteger a su población. Tienen acceso solamente al 3% de las dosis de vacunas disponibles globalmente. Estos países también son refugio para 40 millones de personas forzadas a desplazarse, y como resultado, están siendo excluidas de campañas de vacunación extremadamente limitadas en los países de acogida.
Las personas desplazadas en todos los contextos han experimentado xenofobia, expresiones de odio y ataques físicos y emocionales desde el inicio de la pandemia. En Ecuador, tercer país de la región andina en recibir migración venezolana, evidencia formas de violencia hacia población refugiada y migrante como robos (66,8%), violencia en el espacio público (46,1%) y violencia basada en género (15,1%).
World Vision hace un llamado a los países y gobiernos donantes que este compromiso sea una realidad y aseguren el acceso equitativo de la vacuna a las personas migrantes y refugiadas como prioridad. Asimismo, llama a los gobiernos de las naciones de acogida que sin distingo del estatus legal o documentación de las personas, sus planes de vacunación, medidas de prevención y acciones de protección social sean equitativas para sus nacionales como para las personas forzadas a desplazarse.
World Vision está respondiendo a los efectos de la covid-19 en más de 70 países, 15 de ellos en América Latina y el Caribe y ha destinado en la región más de US$22 millones y alcanzado a más de 10 millones de personas a través de sus acciones para brindar nutrición, alimento, acceso a agua y saneamiento y medios de vida, fortalecimiento y apoyo a los sistemas nacionales y funcionarios de los sistemas nacionales de salud. A nivel global, la meta es alcanzar a 72 millones de personas, incluyendo a 36 millones de niños y niñas.